Presupuesto orientado a resultados
El presupuesto orientado a resultados es una herramienta de planificación y de toma de decisiones muy importante para las Administraciones Públicas con cierta implantación en España.
Jueves, 28 de abril de 2022
Precisamente, su capacidad como instrumento de medición y transparencia de los logros ha motivado un resurgimiento del interés por los presupuestos orientados a resultados.
El presupuesto tradicional se plantea, generalmente, tres preguntas:
- ¿Cuánto dinero tenemos?
- ¿Quién lo va a gastar?
- ¿En qué se lo va a gastar?
Sin embargo, el enfoque del presupuesto orientado a resultados se dirige a otras tres cuestiones bien distintas:
- ¿Qué necesidades tenemos?
- ¿Qué resultados queremos obtener?
- ¿Qué gasto implica la consecución de los objetivos que nos hemos planteado?
Con esas tres cuestiones enmarcando el proceso presupuestario, el presupuesto orientado a resultados implica actuaciones tan importantes como:
- Detectar las necesidades reales de la sociedad.
- Identificar los resultados que se quieren obtener ante cada una de esas necesidades.
- Panificar los recursos (económicos y personales) necesarios para la consecución de los objetivos.
- Explicar los objetivos cumplidos y las razones de los no conseguidos. Una de las especiales potencialidades del presupuesto por resultados es que permite, en su seguimiento, modificar o abandonar los programas presupuestarios que no están obteniendo los resultados esperados. Este hecho contribuye a que sea posible realizar un uso más eficiente de los recursos públicos.
Las ventajas del presupuesto orientado a resultados, frente al tradicional, son indudables. Sin embargo, su implantación y mantenimiento no son tareas sencillas. El motivo principal es que resulta necesario, no solo transformar el procedimiento de elaboración de los presupuestos, sino también implantar un sistema de información adecuado para poder realizar el seguimiento de la planificación y el cumplimiento de los objetivos establecidos, razones por las cuales su aplicación no es mayoritaria.
Sin embargo, en España contamos con ejemplos que pueden servir como referencia a otras administraciones interesadas en innovar en el campo de la gestión pública. Por ejemplo, la Diputación Foral de Gipuzkoa implantó este tipo de presupuesto en 2017. Esta iniciativa se puso en marcha para acercar política y gestión, integrando la planificación estratégica con la definición de presupuestos. El nuevo enfoque facilita la rendición de cuentas ante los ciudadanos al mostrar la cadena de valor de las políticas públicas.
Al comienzo de la legislatura 2015-2019, la Diputación Foral de Gipuzkoa inició el proceso de mejorar la planificación institucional con la creación de la Dirección General de Estrategia, que dirigiría el desarrollo del Plan Estratégico de Gestión. El plan sirvió posteriormente como hoja de ruta para la definición de los objetivos incluidos en los presupuestos orientados a resultados. A la hora de diseñar estos presupuestos, se tomaron como referencia el caso de la Generalitat de Cataluña, donde se llevan implantando desde 2006, y experiencias internacionales, destacando los países anglosajones y los países nórdicos.
Este nuevo modelo de planificación presupuestaria ha supuesto un cambio en la filosofía, la organización y los procesos de planificación presupuestaria de la Administración Local. En primer lugar, se definen la planificación de cada área, siguiendo las líneas marcadas por el Plan Estratégico. Dentro de cada área se concretan las acciones estratégicas con sus objetivos correspondientes y a estas se adjudican aplicaciones presupuestarias específicas. A su vez, se han integrado en la planificación de todas las áreas las principales políticas transversales marcadas por la Diputación, como la igualdad de género, la igualdad lingüística y participación ciudadana. Para cada programa y línea de actuación también se concretan los indicadores de seguimiento que se usarán y los resultados esperados en cada indicador.
Una vez implementado el presupuesto orientado a resultados, se lleva a cabo un seguimiento de su ejecución, que la Diputación presenta a los ciudadanos mediante una herramienta de rendición de cuentas diseñada en Power BI, disponible en su portal web.
Asimismo, el seguimiento de los indicadores también resulta útil para la propia Diputación, puesto que la información recabada sirve para guiar la nueva planificación estratégica, cerrando así un círculo de mejora continua, generado por el nuevo modelo presupuestario. De esta forma se invierte la cadena tradicional de planificación de presupuestos, que comenzaba determinando la cantidad a gastar para después decidir el organismo que gestionaría el proyecto y finalmente el proyecto al que se asignaría la cantidad determinada.
(Puede acceder a la información sobre el nivel de ejecución del presupuesto de la Diputación Foral de Gipuzkoa en el siguiente enlace.)
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